Durante el transcurso de este verano, la Cruz Roja repartió alimentos y productos de primera necesidad a un total de 127.000 catalanes. El objetivo de esta medida fue acabar el año con un 30 por ciento más de la población que tenga una posibilidad más amplia al acceso de los alimentos. Hay que destacar que los programas de ayuda en la región aumentaron considerablemente con respecto a lo que se generó el año anterior.
Muchas familias tienen serios inconvenientes para poder brindarles a sus hijos las necesidades más importantes como es la alimentación. En los primeros meses después que nació el bebé lo fundamental pasa por la lactancia materna, pero después del año ya empiezan a ingerir elementos sólidos, y esto se transforma en un gasto extra, que muchos individuos no están en condiciones de afrontar, debido a la falta de recursos económicos.
Vale la aclaración que pese a que financieramente el país experimentó una mejoría, la tasa de desempleo aún sigue siendo muy elevada, y eso significa que hay gran parte de la población que aún no goza de un sueldo mensual que le de una tranquilidad en cuanto al dinero.
Las ayudas se reparten a través de dos mecanismos: El veterano Programa de Alimentos de la Unión Europea, que durante el tiempo más reciente llegó a más de 120 mil personas, y los kits de apoyo social para cubrir las necesidades básicas que la entidad empezó a distribuir en septiembre del 2009, cuando la crisis se comenzó a agudizar.
La cantidad de alimentos que se distribuyeron gracias al primero de los programas que se explicaron anteriormente, fueron de 4.365,75 toneladas que fueron destinadas a una cifra mayor a los 130 mil beneficiarios. Si se tienen en cuenta estos dígitos se puede percibir un incrementó del 29 por ciento con respecto a lo que se registró en el 2009.
