Empezar a dar fruta a los bebés
Los adultos sabemos bien de lo sabrosas y sanas que son las frutas. La fibra y vitaminas que nos aportan son una de las principales razones por las que la comemos, y prueba de ello es lo bien introducidas que están en nuestra dieta mediterránea.
Una de las primeras papillas que tomará nuestro hijo será la de frutas, y esto empezará a suceder a partir de los 6 meses. Muchos pediatras recomiendan empezar con una papilla de pera, plátano, manzana y zumo de naranja, aunque puede ser demasiado pesada para empezar. La pera y la manzana son perfectas para iniciar a nuestro hijo en el mundo de las frutas, pero no sólo en papillas, también podemos proporcionársela en zumo, aunque muchos prefieren las papillas. Es importante introducir las frutas de una en una para que, en caso de alergia, sepamos qué fruta la ha causado. Darle durante una semana la papilla de la misma fruta y, si la tolera bien, podemos añadir otra diferente. Para que el bebé la tolere mejor, podemos ponerle como base a la papilla un poco de leche materna caliente, algo que él conoce a la perfección.
El kiwi, albaricoque, melocotón, fresas y frutas tropicales deben ser las últimas que nuestro hijo conozca, ya que son las que mayor riesgo de causar alergia tienen. Por otro lado, la paciencia es algo fundamental que debemos añadir al ritual de la papilla. Puede que al principio no muestre demasiado agrado, pero incluso los adultos somos algo reservados al probar cosas nuevas. Los nuevos olores, el sabor y, sobre todo, la textura de las papillas le resultarán extraños a nuestro hijo y debemos ser pacientes. De todos modos, debemos siempre pelar bien las frutas, eliminar las pipas que pueda contener y las zonas que no estén en buen estado.