Se trata de una ciencia milenaria china que mejora nuestra vida a través de la relación con el entorno. Os presentamos algunas claves que debéis tener en cuenta si queréis conseguir una mayor armonía en su cuarto.
– Para el suelo parquet, corcho o tarima de madera son buenas opciones según esta ciencia. No se aconsejan las moquetas ni las alfombras, ya que propician la acumulación de polvo y podrían causar alergias respiratorias al bebé.
– Poned el mobiliario básico y evitad decorar la habitación en exceso, para no sobreestimular al niño. Necesitaréis un armario o una cómoda grande para la ropa de vestir, de cama y de baño del bebé. Por supuesto, una cuna que el feng shui recomienda colocarla de modo que al estar tumbado en ella, el bebé mire hacia la puerta (esto le dará seguridad).
– Las plantas son una manera de fomentar su constancia. Planta en boles hierbas aromáticas. Os ponemos algunos ejemplos de sus características. El romero estimula la confianza; el hinojo la capacidad de expresarse; la lavanda: reduce la timidez y las rabietas porque es relajante; el jazmín da confianza; y el laurel ayuda a aumentar la concentración.
– A los niños les encanta verse reflejados. Una buena idea es poner un espejo a su altura para que pueda disfrazarse y verse. Nunca lo pongáis frente a la puerta de la habitación porque la energía saldrá rebotada.
– Es importante que exista un sillón o una silla para un adulto. Con ello, se consigue que el niño sepa el lugar que ocupan sus padres en la vida, y que el espacio es compartido. De esta misma manera, en el resto de la casa, debería haber muebles que le hagan sentirse partícipe de los demás espacios.
– El orden y la limpieza son muy importante para que fluye bien la energía. Los cuartos muy llenos y desordenados provocan confusión en los niños. Con un cubo de madera conseguirás tener los juguetes ordenados y además te sirven como mesitas.
– Los colores son vitales según lo que quieras fomentar en tus hijos. Aunque todo depende de cómo se ubiquen los objetos en la habitación, te damos algunas pistas sobre su influencia. Los rojos y anaranjados impulsan a la acción y fomentan la fantasía. Los marrones aportan seguridad. Los verdes ayudan a aumentar la actividad mental y física. Los azules, sobre todo si son claros, aportan sensación de espacio.
– Coloca en el cuarto cuadros que contrasten bien con el color de la pared y busca sábanas o tejidos de tonos intensos. Según esta ciencia, la variedad de colores estimula el afán de investigar.
– Nunca pueden faltar los libros porque son indispensables para potenciar el valor del aprendizaje.