La llegada de un niño al mundo trae consigo una gran cantidad de cambios. El principal es en la vida de los adultos ya que el tiempo para descansar se acorta y el estilo de manejarse se debe amoldar a las necesidades de la criatura. La habitación es otro detalle más que se debe tener en cuenta después del nacimiento de un hijo.
Al comienzo, el niño puede dormir en una cuna en el mismo cuarto que los padres, pero esto no puede perdurar mucho tiempo, ya que pasado los meses el bebé crecerá y tendrá la obligación de estar en un ambiente propio donde se sienta identificado. Esto se debe tener en cuenta al instante del nacimiento ya que la realización de una habitación acorde a un pequeño no se algo que se pueda hacer de un día para el otro.
Algo que se debe tener en cuenta, y aunque parezca una obviedad hay que mencionarlo, es el sexo del alma que vendrá al mundo. A la hora de la elección de los colores no es lo mismo si es será una varón o una mujer. El espacio en lo posible debe ser amplio, debido a que hay que pensar que cuando cumpla los dos años el común denominador en aquel lugar serán los juguetes que recibirá de parte de familiares, amigos y padrinos.